Me quedo.


El punto fijo en el que me quedo
eres tú, mirándome palabras que no existen
de tan puras, hablándonos verdades de boca cerrada
y ojos abiertos, al alma encontrando el por qué, se sentían solas, se sentía
sola. Ahora juntas, entera, una.

Y lo demás no importa, como arrancado
de mí es verte marchar, un jirón que se rompe, que desgarra y muerde
y odia al mundo mientras te alejas.

El siempre en el alma. Tú también lo sabes, no importa
lo demás, viene y va.


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