Tenemos laberintos, caminos que se mueven
que parecen borrarse en un instante.
Rincones a donde no llega la luz.
Sombras que nos persiguen que nadie más ve, porque son pasado, duda y herida.
De lo que dimos y nos dieron.
Tenemos laberintos donde perdernos solos, donde perdernos juntos.
Tómame de la mano y llévame contigo, enséñame el tuyo, quizá sea el mismo
y el mío empiece al otro extremo.
Para encontrarme cierro los ojos apago la luz, silencio a las dudas que susurran miedo
y camino
porque me pareció
oírte silbar.
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