Lo adverso


Ante lo adverso.
No permites soledades lúgubres. Mi caída, cuando dejo de ser fuerte.
Tu voz y tus manos, sustento, cuando ya no hay aire
que respirar y el bucle vuelve.

Pero salgo, me has sacado. He creado una puerta de la que tengo llave.
La llevo al cuello
para entrar a deshacer los nudos y salir, si el monstruo llega.


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