Sobre la superficie.


Esta luna no será la que esperas.
Ésta hay noches que no brilla y días que no sale.
Mañanas que se acuesta sin haber dormido
sin saber quién es, olvidada de sí misma
ni para qué sirve.
A mediodía despierta tormentas y huracanes
rota, de golpes sobre la superficie
de huellas pasadas que en los cráteres
dejaron vacío.
Dueña de mares que no le pertenecen
que ni siquiera puede tocar.
Lejos gira
aunque no la veas.



Charco y humo.


Como lluvia que no se ve
que escuchas sólo cuando estalla
cuando pierde su forma
cuando ya no es gota y ya es agua.

Humedad fría que cala la ropa y la piel
que empapa tristeza de tarde vacía.
De noche muerta
que mañana no querrá despertar. No querrá.
Ni ser, dormida.
Callada mi boca y mudos los ojos
se miran las pestañas, nada
va a salir de ellos hoy suelo y gris.
Amor que agoniza claustrofobia en el pecho
que no respira. Humo y charco.
Tiempo sin medida sin estación ni parada.
Que pasa y ya.
Mañana no existe, será otro hoy.

Llega la noche.
Luz amarilla a falta de hoguera
a falta de calor
y de un sitio donde arder.




El sentido.


El sentido a estas horas ya se durmió.
Sólo quedan perros ladrando y grillos.
Una cama que no me dice ven.
Que no me quiere.
Noche sola. Alguien gritando algo
que no se entiende.
Más silencio, aburrido de sitio
de círculo cerrado
de cárcel de lo mismo.
Ponlo en repeat
bucle que libera del bucle.
Tráeme una cuerda, para atarme de lo alto
de una nube y escapar.
Dame las señas
de dónde quieres vernos.
Dime que vendrás a buscarme.
Que me encontrarás aunque sea noche.
Que sabrás distinguir las sombras, de mí.


Con los ojos cerrados.


Huele a verano la noche
a calle y aire libre que sopla brisa fresca
y busca refugio bajo tu brazo
calor y un sitio tranquilo.
Tu nariz rozando mi cuello
como un gato, con los ojos cerrados.
Con esos que me miran y me derriten
los inviernos y me quiebran
la respiración.
Tus manos, como las mías palpan
casi a tientas
lo que nos queda por saber del otro.
Como un temblor me invades
cristal haces mi piel.
Aprieta, un poco más, me da igual
romperme
me da igual que hagas trizas de mí
rómpete conmigo, déjame entrar
en ese lugar triste en el que a veces
te pierdes.
Déjame tocarte suave
enseñarte que juntos no hay prisa
déjame morderte la nuca
y muérdeme
si te chillo y luego bésame
agárrame
para que no me vaya.


Otras eco.


Es triste cómo se van apagando los latidos.
Cómo el tiempo pasa y sigues sin ver.
Yo, doble o nada, fuego o hielo
más noche que día y cada día más cerrada.
Nada al final de mi voz. Silencio
que escucha a veces y otras eco.
Otras vacío, que se esconde. Lejos
que se pierde y no llega y no sabe volver.
Lo que se dice no es nadie
alguien es haciendo.
Dímelo hilando y cóseme
esas miradas que no mienten
háblame voz tierna al oído
oye mi silencio, mi respiración
mi sonrisa pícara. Cómo y no el qué.


Limbos tantas veces.


Me cuesta creer
palabras que se quedan en limbos.
Promesas que no se cumplen.
Realidades de uno sólo, de lo que pensaste cierto.
Tantas veces que se fueron y lo que quedó
fue roto y decepción.
Fue ilusa, inocente, fue crece.
Hazte fuerte. Que nadie te lo quite.
Llena de lo que me dices, corazón
que se entrega a muerte
otra vez, a morir.
Late si me escribes, fuerte si te oigo y es tuyo
cuando te veo.

Mi tiempo te piensa, triste de espera
perdiendo el sentido.



Sin saliva.


No estoy. Lejos de mí, te busco en las horas.
Casi ya dos lunas de aquí y de ahora
y se me cierran los ojos de no verte, las manos y la boca.
Giro con intervalos, a veces tan estática
que nada me mueve, que nada puedo mover, ni siquiera dentro.
Corrosión en la cara
cada vez que vuelve el frío, que el Sol muere y no calienta
dureza y pérdida, retroceso del ser.
Agonía en los pulmones
tristeza marchita que expira dolor de no saberte. De no sabernos juntos.
Vida en espera,como las ganas
que se me parten en no poder dejar de pensar en ti. Si me sientes
sin haberme tenido, sin estar, sin saliva ni un roce
si lo que no se lee te gustará, si querrás quererme
cuando no sea luz, cuando me lleven sombras y tedios
cuando lo que veo es oscuro y ruina y sea triste. Si me besarás.
Tierno, si me curarás de todo lo que no quiera ver, en tu mirada.


Un nuevo número de La Fanzine.


Hace nueve años que esta publicación independiente, La Fanzine de grapa y fotocopia, de amor a la cultura y por amor al arte, vio impresas sus primeras páginas. Fue en el hall de la facultad de Filosofía de Valladolid, desde la fotocopiadora para los alumnos que funcionaba con una tarjeta que ibas recargando.

Sentadas en el suelo, como okupas vagabundas, Awi y yo colocábamos las copias. Para grapar la primera Fanzine " La Sociedad" con unas 90 colaboraciones, creo recordar, tuvimos que hacerlo sobre una goma de borrar, cerrar las grapas a mano y meterle tres. En las copisterías no sabían hacer las copias y aquello era una odisea, hasta que encontramos a Celeste que fue nuestra salvación y que invadíamos constantemente, yo creo que nos veía llegar y la pobre mujer ya sabía que iba para largo, me río sola pensando en esos momentos. 

Desde aquel primer número han pasado once más y mucho tiempo que recuerdo como ayer. Hace unos días Awi vino a visitarme y como en los viejos tiempos, maquetamos, despotricamos, reímos y disfrutamos creando. Tenemos una conexión que se ve reflejada en lo que hacemos en cojunto, y eso es lo que se aprecia al ver nuestros números, todos son diferentes, pero todos son La Fanzine.

Nuestros colaboradores también nos mandan sus creaciones por amor al arte, sin ellos no hubiéramos llegado al #12. Hemos podido publicar un trocito de su vida, de lo que sueñan, temen o piensan, de lo que han querido compartir con nosotras, los demás autores y con todos los que por sus manos haya pasado alguno de nuestros ejemplares. Este número de La Fanzine que trata sobre el Cine, para mí ha sido muy especial, ha significado un retorno y una transición, un momento que guardaré junto a otros muchos en el cajón de los repuestos de valor.

Buff que me enrollo, aquí os dejo el enlace donde podéis ver: https://lafanzine.blogspot.com.es/2018/04/la-fanzine-12-cine-ya-disponible.html

Descargar, imprimir, fotocopiar y difundirla:  https://drive.google.com/file/d/17wV2iK1r1ny2Mil6CGB5X_8WGqFtylBJ/view

Amor siempre, que es lo que falta en este mundo de mierda!!!


Antes de romperse.


Me sabrá a invierno
este verano sin tu tacto.
Me sabrá a desear no estar aquí
a querer correr y darte lo que me van dejando los años.
Lo puro que queda de mí antes de romperse.
Antes de ser muro tras muro y matarme tierna en ojos fríos, en sangre rígida
que no duele y tampoco siente.
Máscaras de acero para el alma cuando el mundo es plomo y yo trizas.

Te noto en mis labios, pálpito
de lo que quiero que seas mañana, de besos que ya no caben.



Piedras contra la nada.


Soy la desesperanza de esperar más.
Una idea idealizada. Lo que no ves.
Tristeza que apuñala el estómago y gira el filo
que desangra amor echado en falta.
Tiempo vuelto a pensar en cambios de pieles
que no se cambian por mí.

Ausencia entre dientes digerida sin hambre
que devora lo que un día soñé.
En mí pozo oscuro fondo profundo y húmedo
olvidado de ser lo que era.
Agua sucia, fango quieto, poso.

Silencio sin ganas de hablar en ojos
que se ahogan piedras contra la nada.




La cara oculta.


Sigo girando sola, Luna oscura
escondiendo de mí misma la cara oculta sombra y frío inhabitable.
Tristeza de lo errante que una vez perdió su órbita.
Polvo inerte, muerto de tiempo y abandono, de aire viciado que agoniza la noche.
Hueco entre la roca que cae al fondo abismo ciego y sordo al final que nadie escucha.

Aridez gris y apática, olvidada de espacio que no entiende qué hace aquí
ni si allí es ayer o mañana, silencio sin dónde hacia no es ningún lugar.
Ajada de vueltas y años, curvas imperfectas, salidas a la superficie y cuevas
que se vuelven a excavar escondites para cuando duele el alma
para cuando agotada vida sólo me queda la cara oculta.


Entera.


Se ha quedado vacío este suelo polvoriento
esta cueva que excavé en la roca gris
se fueron las visitas que vienen y van
y se marcharon con el tiempo.

Ahora es un siempre esperando a ser.
Ahora es noche continua
azul prusia oscura de estrellas que no se dejan ver
que se ocultaron tras las nubes de esta Luna
que lleva meses siendo lluvia.

No se oye nada, nadie alrededor
sólo aire cargado de electricidad
de rayos que no se ven y encrespan mi pelo.
He hecho fuego
de cartas viejas que alguien había abandonado
de billetes que aquí no sirven para comprar calor.
Me he tejido una manta
con el ovillo de letras puras que me mandaste
y con ella me tapo y abrigo.

No sé cuándo acabará este invierno
cuándo el Sol
derretirá la nieve que enfría el viento que respiro.
Sólo sé que ha de llegar
y que entera, lo espero.





Que seamos


Mi mente te piensa y disfruta
imaginando
una vida junto a ti.
Mi mente que odia rutina
contigo la ve acogedora.

Tan fácil, con una palabra
un guiño justo en el momento
me sacas del tedio que me invade.
Me levantas la mirada hacia adelante
fuera de caminos oscuros
y callejones cerrados en bucles infinitos.
Me metes en los bolsillos luciérnagas
que alumbran mi noche y me llevan a ti.
Quiero despertarme y ver tus ojos
y un beso tuyo antes de dormir.
Quiero que seamos
tú y yo.

Que no nos detenga nada ni nadie
mundo de envidia y miedo.
Que este viaje es nuestro
tu vida es tuya y la mía de nadie más.
Que quiero encontrarme en tu tacto
haciendo café por la mañana, despeinados.
Y que tu sonrisa me lleve de paseo por el tiempo.
Tenernos
en frente con calma y caricias.

Eres un regalo.




Desde dentro.


Las cosas que me dices, dulces
las paladeo ricas
como azúcar que se queda en los labios.
Como tener los tuyos para mí.

Desde dentro, eso que me dices al mirarme
me abriría el alma
para que anidaras en ella, pájaro libre.
Mi andar de gata entiende de tu volar
de tus alas que se extienden y elevan hacia lo que quieren.
Yo también salgo a cazar, en esta selva ya no me apresa nadie.
Por eso sé que seré tuya.

Que son tus manos las que quiero
que me agarren la vida
que me toquen amor y música la piel
que me saquen las cosquillas y las sonrisas
que quiero ver siempre en tu cara
que me acaricien y me curen de rabia de mundo
que me sujeten cuando yo no pueda más.

Que son mis manos iguales para ti
que son mis manos como las tuyas.



Me quedan las manos.


Mi cara
de ojeras marcadas de noche sin sueño
cama sola que no me espera, ni acoge
lecho de nieve, fragmento de frío desprendido
trozo vagando a la deriva sobre el que me tumbo y miro arriba
techo blanco.
Azul agua ven mis ganas con los ojos cerrados
alrededor no hay nada
sólo yo navego, aire que me mece sin vela.

Naufragio de la noche
piedras en los bolsillos acumuladas en el día que pesan fondo.
Que quiebran hielo en el pecho y lo hacen añicos de cristal.

Me quedan las manos intactas
puras de amor que son tuyas para llevarlas juntas
a donde puedan tocarse, a donde quieran llevarnos.


Aún sin luz.


Suena lluvia cayendo y silencio en esta noche profunda que despertará pronto
quizá sin haber dormido.
Escucho y evado como las gotas que no tienen que ser más que el agua
que se marcha y desemboca.
Pájaros callados se resguardan por no mojar sus plumas
por no aguantar el peso y el frío del viento después.
Madrugada de norte y mañanas de vaho que atieren la respiración, los pasos y las ganas.
Seré café que soporta el día perdida en horas sin sentido.
Juicios y prejuicios de lo que ni saben ni realmente quieren saber.
Protocolo de rutina y tedio, que nada cura pregunta mi historia y responde trámites.

Esta noche Luna rota que sangra yagas y cráteres de tiempo gira lenta aquí adentro
sabe que la lluvia de mañana es la misma que ayer no cesó.
Pies mojados en círculos que no llegan a secar y en el estómago gatos que pelean
me han despertado aún siendo noche.
Gris plomo cubre opaco el hoy de buenos días extraños que en el fondo no desean
que en el fondo son costumbre y quedar bien.

La mejor alarma sería un beso tuyo, dentro de las mantas aún sin destapar, aún sin luz
sin invierno, sólo tú y yo en este mundo dormido, que atrapa sueños en la monotonía
jaulas en el que hacer y ganar, en el tener que al final no es nada.
Vida que acaban quitándonos a lo que importa.




Como calor.


En la comisura de mis labios tengo suspiros que escapan mudos y me gritan tu nombre.
Como un secreto, como calor, entre mi pecho y yo, guardo cómo me miras.
Azul hoy reflejo de ese océano en el que nadan mis ganas por ti.
Sol frío afuera de invierno largo, que enfría las noches y por el día es viento.
Saldré abrigada, metida dentro de mí donde no alcance el aire a marchitar mis pupilas.


Purple.


Ha caído.


Ha caído la noche aquí dentro, luz suave que apenas alumbra.
Ha caído y gotas cálidas, sin hambre, llenas de primaveras que aún no han sido.
Llenas de mí, de los besos que quiero darte como si te diera mi vida
en cada uno, de pieles juntas y su tacto roce entregado libre, de tus manos y las mías
sujetas cómplices de un mismo amanecer de ojos que se miran y se mezclan al fondo.


Sea nada.


La esperanza perdida la encontré sin buscarte.
Cuando ya pensaba quedarme por los tejados, suelo mojado que no conoce a nadie, ni quiere.
Pero te vi en palabras que me hablaban y sabían cómo sin haberlo hecho.
Abriste brecha en la piedra, grieta donde quedaba sólo hielo
desierto invierno eterno que como el Sol fundes y llenas.

Ahora pienso en mudarme dentro de ti para que sea nada, lo que pueda separarnos.




Segundos comparados con una vida.


La tristeza es la distancia de no llegar a tenerte conmigo.
De que mundo feo ponga abismos de papel y piedras. Tiempo que no nos dan.
La tristeza son dudas cuando te siento dudar y pienso en perderte
cuando aún no te he tenido, y ya es perderte.
Corazón que late y vuelca tan rápido que no lo puedo parar. Y es por eso miedo
que venzan dudas en ti, que puedan más que yo.


El espacio.


Mi mundo mengua Luna aislada
agua que fluye río por el suelo gris.
Anega sueños de momentos sin tiempo ni palabras
sólo calor, sólo miradas de silencio mientras las pieles hablan.
Mientras el tacto dice todo lo que no habíamos dicho.
El espacio que separa es nada más físico.

Y todo lo que importa tiende a no serlo.


La que era.


Mis piernas son pilares
que se restauran a sí mismos, con cuidado, paso a paso y uno más
hasta casi romperse en dolor.
Hasta poder correr, cuando el tiempo me apura vida
hasta poder bailar, con la pena y derrotarla.
Hasta volver a ser, la que era.


Tela mojada.


Me duelen los gestos hoy
como gotas frías laceran la frágil piel que me envuelve y calan dentro.
Tela mojada y viento, que sin calor no seca.
Invierno que no se marcha anudado en el pecho como pájaros sin alas, atrapados dentro.

Mi alma migra, ya no está aquí, se fue anoche, no se quiso despedir
y tampoco la retuve.

Sé donde ha ido.


El resto de mí.


Tu risa es mi rendición, juega como la de un niño, libre y sincera.
Me devuelve vida y años y olvida lo que te iba a decir.
Me alegra dudas, las reduce mansas, en un rincón y el resto de mí respira futuro.
Corazón descreído que huye del agua, fondo de gata... acaricias palabras remotas y mi piel
se convence, ojos que piensan y me miran preguntan cómo.

Y yo... sólo sé responderles porqués.



Constancia.


Me vacío en letras antes de dormir
para que no quede nada, nada que echar de menos, nada que sentir.
Quedarme sólo con tu voz, recuerdo arrullo cuando lejos, no te noto.
Ausencia que torna en duda y que es miedo, al haber entregado la piel de la mirada desnuda
entrañas y palabras que prometen.
Impaciente me doblega el tiempo y cuando me miras y me calas lo que pienso.
Y ese gesto de tus ojos que dice algo que es verdad y es triste y no logro alcalzar
segundos de un lugar en ti.