Las cosas que me dices, dulces
las paladeo ricas
como azúcar que se queda en los labios.
Como tener los tuyos para mí.
Desde dentro, eso que me dices al mirarme
me abriría el alma
para que anidaras en ella, pájaro libre.
Mi andar de gata entiende de tu volar
de tus alas que se extienden y elevan hacia lo que quieren.
Yo también salgo a cazar, en esta selva ya no me apresa nadie.
Por eso sé que seré tuya.
Que son tus manos las que quiero
que me agarren la vida
que me toquen amor y música la piel
que me saquen las cosquillas y las sonrisas
que quiero ver siempre en tu cara
que me acaricien y me curen de rabia de mundo
que me sujeten cuando yo no pueda más.
Que son mis manos iguales para ti
que son mis manos como las tuyas.
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