Suena lluvia cayendo y silencio en esta noche profunda que despertará pronto
quizá sin haber dormido.
Escucho y evado como las gotas que no tienen que ser más que el agua
que se marcha y desemboca.
Pájaros callados se resguardan por no mojar sus plumas
por no aguantar el peso y el frío del viento después.
Madrugada de norte y mañanas de vaho que atieren la respiración, los pasos y las ganas.
Seré café que soporta el día perdida en horas sin sentido.
Juicios y prejuicios de lo que ni saben ni realmente quieren saber.
Protocolo de rutina y tedio, que nada cura pregunta mi historia y responde trámites.
Esta noche Luna rota que sangra yagas y cráteres de tiempo gira lenta aquí adentro
sabe que la lluvia de mañana es la misma que ayer no cesó.
Pies mojados en círculos que no llegan a secar y en el estómago gatos que pelean
me han despertado aún siendo noche.
Gris plomo cubre opaco el hoy de buenos días extraños que en el fondo no desean
que en el fondo son costumbre y quedar bien.
La mejor alarma sería un beso tuyo, dentro de las mantas aún sin destapar, aún sin luz
sin invierno, sólo tú y yo en este mundo dormido, que atrapa sueños en la monotonía
jaulas en el que hacer y ganar, en el tener que al final no es nada.
Vida que acaban quitándonos a lo que importa.
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