Nido propio


No puedo dejar que quemes tus alas
como si fueran leña. Para calentarnos.
Prefiero el frío
que en tus brazos no existe.

No puedo verte, lejos, con los ojos húmedos
mis ojos húmedos, los tuyos
hablando cómplices del mismo idioma
de uno nuestro que nadie más entiende.

Dicen nos vamos. Y donde sea.
Donde podamos ser, tú y yo quienes somos.
Donde arda leña, nido propio y podamos volar.


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