Barro oscuro.


Sigo en la Luna esperando
que venga el Sol y le dé brillo al polvo gris
que habita en mí desde siempre, aún ternura, memoria de lo que puede pasar.

Antes aquí nunca llovía desidia, refugio seco en la humedad del día a día
guarida abierta en la que nadie entró, cráter profundo, silencio.

Barro oscuro ahora las gotas modelan el tiempo que se quebró
fuera del reloj, ingrávido como niebla suspendida
como viento que sopla y arrastra.


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