Seis meses.


Hace ya seis meses que he vuelto.
Y a veces es como si no me hubiese ido.
Pensar qué hacer, a parte de lo que sé
que haré siempre...
Mis trazos no pagarán mis facturas.

Una casa, pequeñita
con campo alrededor.
Y una habitación sólo para crear.
Con ventanas y mucha luz.
Chimenea.
Madera.
Piedra y pizarra.

Que a este paso
nunca tendré.
Será como aquella caseta en el árbol
que quería de niña.

En el fondo soy una antisocial
mira qué planes de vida tengo
con veinticuatro años...
Irme a vivir de ermitaña.
En vez de pensar en conocer mundo.
Visitar las 7 maravillas.

Yo que sé, eso son extras.
Como ir a un concierto
o comprarte los playeros que te gustan.

Yo me refiero a vivir
a encontrar la manera
para el sustento de lo básico.

Un hogar, calor, comida.
Esa casa tiene que aguantar toda la vida.

Estoy hablando de quedarme.
En esta España de mierda
que cada día se parece menos a la que yo conocía.
De quedarme aquí en El Bierzo.
En cualquier rincón.

Alejándome del bullicio de las mentiras
del puedo prometer y prometo
del te regalamos cien euros
y del precio al llevarse la segunda unidad.

Alejándome, todo lo que pueda.
Salvar lo que me queda de íntegro.

Es como para pensar si hacerse una ligadura de trompas
ya.
Y no traer a este mundo
los hijos que quiero tener.
Es como para querer no tenerlos.

Abortos.

Quizá por eso lo hayan prohibido.
Abortos de una sociedad podrida, intoxicada, enferma.
Colgada de la peor droga. Tan colgada
que vendería a su madre.Que se lo robaría todo.
Sin importar nada. Sin ética. Sin principios.
Insaciable. Sólo con un posible final.

¿Y quién quiere acabar así?
Yo no pienso vender a mi madre, ni a mis hijos.


3 comentarios:

  1. Muchas gracias por la invitación. Ya estoy echando un ojo. :)

    Un saludo.

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  2. Hola Fernando, ¿Puedes explicar qué es el REC?

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  3. Feliz, Navidad el proximo año te seguriré leyendo, un abrazo
    Santi

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