Lagunas.



Llueve en este invierno mío
del que ya no puedo salir.

La densidad gris de las nubes
se me cuela en los pulmones
y el tic-tac de las gotas
cayendo, como segundos perdidos
atrapados
doloridos entre las vértebras
vacíos.

Vacíos, lagunas de decepción
en la bondad humana.

Me he ido, ya no estoy aquí.
Me he llevado lo que quedaba de mí
conmigo.
Y espero poder encontrarme.


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