El viento sopla,
sopla y ruge
y choca contra las paredes
y se enfada.
Crujen los cristales
como si quisiese entrar,
como entra entre los árboles
y los agita.
Aún silbando
el viento, los pájaros
silban también.
Y un trocito de sol del atardecer
se cuela por la ventana.
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