En blanco.


Días blancos.
Vacíos.
Vacíos de tacto.
De miradas a los ojos
que intentan esconder
el dolor del alma
retorcida en un rincón de sí misma.
Niña herida.
Vacío
inocencia que no aprende.
Rutina oscura. Bucle. Tedio.
La ilusión murió cegada.
Como la niña que se retuerce en mi alma
ciega, nunca ve qué le daña.




Una isla siempre es sola.


Vivo en una isla
rodeada de aceras vacías.
De recuerdos rotos.
De futuro incierto.

Muda, converso en silencio.
Y mis palabras huyen con el viento
libre.
Las horas no existen, no importan.
No hay un sentido.

Sólo tiempo autómata
repitiéndose.
Letanía lúgubre.
Ausencia de mí.