Se me acumulan las horas que no me dejan dormir, los sueños que no sueño y las cosas por hacer.
Las palabras, dentro, que no quieren salir. Los días que no ven el sol.
Me matan las ganas de quererte y querernos, con tiempo.
El que no tenemos, el que trabajamos, el que se va durmiendo.
Pienso en qué puedo cambiar o en si la que tengo que cambiar soy yo.
Sé que son contradicciones, que me lío yo sola, que me dan las mil de las noches y las tantas de los mediosdías. Pero disfruto del silencio nocturno, del hogar.
Del sosiego al volver a casa, y de saber que cuando llego estás aquí.
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