Ya no me quedan palabras
para contarte cómo me siento.
Las sílabas resbalan por mis mejillas
huyendo de un barco que se hunde, sin orden.
Un manojo de cuerdas en el estómago
que se atan a mis vísceras y que no puedo vomitar.
Como el gato sacando de sí la bola de sus pelos.
Ya no me quedan palabras.
Sólo letras enredadas en pensamientos
que se piensan a sí mismos
una y otra vez.
Ya no me queda corazón
la fruta dulce murió a picotazos.
PASTO DE FIERAS
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la carne del pobre
la carne del loco
la carne del débil
la carne del disidente
la carne del insolvente
la carne del ácrata
en esta selva
tan progre
pasto...
Hace 1 hora